miércoles, 3 de febrero de 2021

Entre lo que no quería perder y lo que sabía que tenía que dejar ir.

 Puede que el momento más difícil fuese cuando me di cuenta que estabas en medio.

Entre lo que no quería perder

y lo que sabía que tenía que dejar ir.

A veces por miedo no soltamos lo que en realidad nos hace daño.

Una vez leí algo que más o menos decía así:

"Haz cosas que te den miedo hacer. Y si alguien dice algo que se joda. Al final estaremos muertos y nadie recordará lo que hicimos; así que toma tu vida y conviértela en la mejor historia del jodido mundo".

Y creo que eso resume bastante bien la libertad.

Porque si no te hace feliz o no lo hace lo suficiente... no puede pedirte que lo dejes todo si él no va a hacerlo.

Y aquí estoy, convirtiendo mi historia en la mejor del jodido mundo.

Sin nadie.

Conmigo misma.

Conociéndome.

Me estoy conociendo y me estoy cayendo bien.

Cuando decidí empezar mi vida sola, no sabía en que día estaba, ni en que vida, ni en que risa...

Pero sí sé que estaba conmigo misma...

y eso me gustó.


martes, 2 de febrero de 2021

Todo lo que no sea comer de su mano estará mal.

 -¿Le echas de menos? Sé que le estás mirando y sé que le ves feliz, te lo repito, ¿le echas de menos?

-Echo de menos no conseguir lo que todos ellos han conseguido. Quizá echo de menos ser una imbécil.

-No te entiendo. ¿Qué han conseguido ellos?

-Las risas, las fotos, los amaneceres, el despertar con alguien, su pareja, sus duchas, sus putas sonrisas, sus felicidad con ellas, sus años de relación...

-¿De qué cojones me estás hablando?

-Hablo de la mirada cuando te despiertas al lado de alguien y le haces el amor.

-¿Hablas de amor?

-Hablo de soledad.

-Me estoy perdiendo, explícamelo...

-Hablo de una mujer y un hombre. Una mujer y un hombre que se lo dan todo, que son verdad, que no defraudan, que no engañan, que han conocido a alguien y que es para siempre, que no hay cuernos, que se quieren, que se desean, que tuve que irme pare que ahora todos ellos sean dos...

-Tú lo has dicho, son dos... Tú no tienes la culpa de tus exs, tú los dejaste a todos...

-¿Qué hay de malo en dejar a alguien antes de joderles la vida y sobre todo que me la jodan a mí?

-¿No estabas hablando de amor?

-Sí, pero no hablaba de ellos, no hablaba de esas absurdas ilusiones que no se creía nadie excepto yo.

-Hablabas de la felicidad de ellos con sus parejas...

-Hablaba de la absurda felicidad inventada que les hacen ver al mundo.

-¿De que hablas?¿Las están engañando como a ti?

-No sé qué pasa de puertas para adentro de cada casa. 


Pero sí sé algo.

Esos hombres.

¿Hombres?

Sé que si mienten, te ponen los cuernos, te dicen que solo quieren estar contigo, que te necesitan, que te aman, que eres la única mientras duermen bajo el techo junto a otra persona... cuando te dicen que eres lo más importante.... cuando te dicen todas esas cosas y tú ves la realidad y te esfuerzas por recuperar las riendas de tu vida.... tú te conviertes en la mala, porque para ellos todo lo que no sea comer de su mano estará mal.

¿Qué si les echo de menos?

A veces.

Pero no a ellos, sí a sus mentiras.

A los dejaré todo y estaremos juntos.

Y una mierda.

Cuando te sientes libre y te revelas eres una maldita PUTA.

PUTA.

PUTA.

PUTA.

Y PUTA.

Y esas personas hoy en día me comen los cojones.

¿Qué si he llorado?

Más de lo que me hicieron reír.

¿Qué si ahora les importa?

Ahora creen que me tiro a otro.

Y yo.

Yo soy feliz.

FELIZ.

Porque por una vez algo que no tiene sentido me hace libre.

Sí, algo sin sentido me hace libre.

Porque según ellos soy una puta y libre.

Según yo soy una mujer que se la suda bastante que después de cuatro años seguíamos en el punto de partida.

Y conmigo ya no.

No, amor.

La puta era la que conociste hace cuatro años.

Ahora soy libre y feliz.

lunes, 18 de mayo de 2020

Sigue siendo igual.

Siempre he buscado a alguien que se quede a mí lado sin preguntas y que me quiera sin dudas, que dude de todo y todos, menos de mí... alguien que esté seguro de lo que soy y aun así no le quede duda de que lo daré todo por el, pero a mi manera... igual pido mucho, pero siempre he querido a alguien que me quiera por lo que soy, soy puro infierno, lo que sí sé es que no soy esta cara bonita que tengo, soy la chica olvidada a manos de a saber quién, la chica a la que todo le sale mal... la chica que sufre... y para que alguien se enamore de mi necesita saber mi historia y yo tengo que estar dispuesta a contársela, claro. Jamás dejaría que alguien entrase en mi vida a medias tintas, trataría de explicarle que va a sufrir, le explicaría que va a arder y también le diría que habrá días en los que me odiará porque ni yo misma me aguantaré... pero le querré... y si hay alguna persona capaz de soportar esas cosas y mucho más.... pues entonces puede que si podamos crear algo...tampoco quiero pasar mi juventud con alguien que me haga perderla, no quiero estar amarrada a alguien que no va a estar en mi futuro... no quiero perder mi libertad tan pronto... no quiero encerrarme en una persona y perderme todo lo demás.... En un futuro quiero, encontrar a alguien que me deje seguir siendo yo misma, que me deje seguir siendo libre pero que esté a mi lado. No quiero ni necesito ni aguantaría a una persona que intente poco a poco cortarme las alas y me haga perderme lo maravilloso que en realidad puede llegar a ser el mundo. No quiero vivir en una triste jaula... primero tengo que volver a creer en mí y luego ya podré creer en alguien, en el mundo y en el maldito amor... si encuentro a alguien con quien volar pues estaré encantada de ello, pero no voy a hacerle perder a nadie el tiempo intentando curar algo que ya es incurable. El día que vuelva mi yo verdadero... espero que no sea demasiado tarde para encontrar a esa persona si es que existe.
Mi yo del pasado se comería a la mujer que soy ahora.

Extracto de mi libro Nos quiero subido en wattpad, @Mbueno16

jueves, 30 de abril de 2020

Ojalá hubiese sido verdad.

A veces me dan ganas de creérmelo, de creer que sí, que decía la verdad.
Pero hay un momento en tu vida en el que después de todo el daño que has recibido no quieres creer a nadie más.
Y qué triste, pero es así.
Te joden la vida y luego no te quedan ganas de creer a nadie más.
Porque es así, joder.
Hay antecedentes que te hacen dudar.
Hay días en los que incluso tienes pruebas, pero intentas engañarte,
intentas creer que estás haciendo lo correcto.
Pero también piensas eso porque crees que ya es hora de que algo te salga bien.
Y no es justo.
Porque tú quieres, pero sabes que no debes.
Porque él tampoco ha sido claro,
te has ido decepcionando poco a poco.
Y quizá no sea su culpa, sino de los anteriores.
Pero por algo te sientes así, sabes que él tampoco está siendo bueno.
Y eso duele,
decepciona,
consume
e hiere.
Y no te lo mereces, joder.
¿Tanto cuesta quererse de verdad?
¿Tanto cuesta no engañar a nadie?
¿Tanto cuesta decir la verdad y decidir estar con una persona?
Sí que cuesta, sobre todo cuando ya es tarde.
Ojalá hubiese sido verdad, me habría encantado.

Adiós.

Asume tus errores como yo he asumido los míos.
Y no busques excusas absurdas para defenderte de lo malos que hemos sido los dos.

¿Sabes? Ojalá hubiese alguien. Ojalá.
Pero la verdad es que hace mucho tiempo que perdí las ganas de conocer a alguien nuevo.
Por culpa de personas con las que me he encontrado, porque ciertamente no sois tan diferentes.

Las personas se cansan.
Y cuando se cansan ya no hay vuelta atrás.
Porque esa persona ya ha aprendido.
Ya se ha preparado para irse y dejar de discutir.
Ya ha aguantado, soportado y tragado demasiado.

No se trata de que ahora que quieres yo no quiero.
Se trata de que cuando quise nunca quisiste.
Así que tú lo has dicho, por una vez que tu has querido,
no he querido yo por todas las anteriores.
Por tanto aguantar cosas que no me correspondían aguantar a mí.

Por eso, adiós.
Porque ya no soy un juguete al que seguir rompiendo.
Porque ahora te has dado cuenta de que se acabó de verdad.
¿Y eso, asusta no?
A mí antes también me daban susto muchas cosas por tu culpa.
Supongo que todo el mundo aprende a base de palos.
A ti te habrá pasado igual.
Solo que tú te refugias en algo que yo te hice y te olvidas de todo lo que hiciste tú.

Los dos no hemos sido buenos, y no voy a entrar a discutir en quien fue peor o no.
Ya me da igual.

No sé como esperabas que me resignara a tener una vida en la que no podía ser yo misma.
Lo típico.
No hables con tal.
¿Quién te ha hablado?
¿Por qué estás en linea?
¿Eso cuándo ha sido?
¿Por qué no me lo has contado?
¿Por qué no llevas el móvil encima?

Adiós.

Para cuentos, el mío.

Una vez más el cuento de hadas se te atraganta en la garganta.
No era un había una vez, ni un príncipe, ni una princesa esperando a ser rescatada.
No era eso.
Tampoco era un vivieron felices y comieron perdices.
Pero sí que era un cuento.
Un absurdo y bonito cuento que solo me creí yo.

He leído el cuento completo.
La trama era buena, tenía algo que enganchaba.
No todo era bonito, al fin y al cabo en las mejores historias pasa lo mismo.
No puede ser todo perfecto sin más, la historia tiene que engancharte y a mí me enganchó.
Cuando acabas de leer tu libro favorito, tu cuento, tu novela...
cuando acabas a veces sientes tristeza, otras alegría y otras sentimientos encontrados.

Con nuestra historia fue extraño.
Acabé de leerlo, porque siempre me obligo a terminar de leer lo que empiezo,
me cuesta mucho dejar un libro a medias, así que lo acabé.

No fue tristeza, no fue alegría, no fueron sentimientos encontrados.
Simplemente cerré el libro con un portazo imaginario.
Y supe que era hora de recuperar la vida que dejé por alguien que no dejó nada por mi.

El final de esa historia fue orgullo.
Amor propio.
Algo que ya no recordaba y, joder, yo siempre he sido de quererme a mí misma más que a nadie.
Fue decepcionante saber que en ese cuento, en esa historia la que se había perdido era yo misma.

Ahora hay un nuevo cuento, uno totalmente diferente, en la primera página ya salgo espada en mano,
fumando un cigarrillo cuyo fuego me ofrece el dragón más salvaje y libre que he visto en mi vida.
El dragón tiene unos preciosos ojos verdes como los míos, también está harto de tanto cuento y de que siempre lo pongan de malo.

Os adelanto que nos llevamos bien, ambos nos hacemos reír, ya nunca tengo frío gracias a su fuego.
Es tan salvaje y tan libre... que no sé como siempre intentan destruirlo.

Este cuento sin duda acabará bien. El dragón no me corta las alas, en cambio me deja volar con las suyas.

lunes, 3 de febrero de 2020

Por eso decidió ser la mujer que le diera la gana ser.

Era su cuento.
No diré que fuese la chica perfecta.
Pero la verdad,
es que ella no esperaba ser rescatada.
Jamás lo pensó.
Nació con alma de valiente.
De pequeña nunca quiso ser una princesa.
Nunca quiso ser rescatada por un príncipe.
Nunca quiso ver relucir la brillante armadura cuando fuesen a por ella.
Nunca quiso un palacio.
Nunca quiso reinar.
Nunca quiso ser hermosa y delicada.
Simplemente quiso ser como le nacía ser.
Por eso decidió ser la mujer que le diera la gana ser.
Ella no iba a quedarse en una torre esperando.
El dragón la sacaría volando de la torre.
Ella no estaba a la espera de un beso para despertarse.
Habría acabado la siesta y se abría ido a trabajar antes de que vinieran a despertarla con un beso.
Ella no quería ser la mas bella del reino ni de todos los demás.
Antes que comerse la manzana envenenada habría matado a la madrastra.
Ella jamás quiso un zapato de cristal.
Adiós al zapato de cristal, hola al gran baile.
Y así era y es ella.
Valiente, fuerte y decidida.
De esas que jamás consentirá que ningún hombre le diga qué hacer.
Ella es más de ir espada en mano.
Chaleco antibalas y el cargador de la pistola lleno.
Ella es de ir con los puños preparados.
Ella no quiere cuento, no después de tantos falsos príncipes.
Ahora está al acecho de la Bestia.
Ahora es feliz, porque desde pequeña siempre supo lo que era y lo que quería.
Ella no era ni quiso ser una princesa.
Pues ella sabe que ninguna estrella pide permiso para brillar.
Ella quiso ser una soldado, una guerrera, una militar, una vikinga, una luchadora...
quiso ser rebelde, libre.
Quería ser la diferencia.
Ella no necesitaba a ningún hombre.
Ella, esa niña que fue, esa mujer que es... lo consiguió.




Eres una maldita guerrera y vas en busca de tu próxima lucha.

Y de repente te das cuenta de que vas caminando por la calle
y justo estás pasando por su calle, pasas por su portal,
quizá antes abrías buscado su coche aparcado por la zona.
Pero pasa que continúas y no te das cuenta.
Ya no lo buscas.
Has pasado por su calle, por su portal...
pero ya no has mirado hacia su balcón.
Ya no has esperado verle saliendo del portal.
Ya no.
Ya no miras sus redes sociales.
Ya no cotilleas lo que publica o deja de publicar.
Ya te da igual si te lo encuentras el día menos pensado por la calle.
Te da igual si está con otra persona o no. Te es indiferente que así sea.
Siquiera miras su conversación, aunque un día la ves ahí abajo del todo
y puede que ese día decidas borrarla.
Porque ya está.
Ya fue.
Ya no duele.
Ya lo has superado.
Ya no le necesitas. Tú sola has salido de eso.
Y lo has conseguido sin bloquearle y puede que sin odiarle.
Lo has conseguido porque eres una persona fuerte.
Porque has luchado, porque eres valiente, porque a ti nadie te pisa.
Lo has conseguido.
Lo has superado.
Y ahora vas con la cabeza más alta que antes...
porque ya no tienes miedo a que rehaga su vida,
porque ya estás preparada para rehacer la tuya.
Porque eres una maldita guerrera y vas en busca de tu próxima lucha.




miércoles, 14 de agosto de 2019

No me volví débil después de todo.

Tristeza.
De esas de las que inundan el corazón, las entrañas, el estómago y porqué no, cada poro de la piel y parte del alma.

Tristeza.
De esa de la que te ves incapaz de salir,
de la que arrasa todo a su paso.

Tristeza.
De las de sentir unas irremediables ganas de llorar y reventarse a la vez por no hacerlo.

Tristeza.
De la que inunda.
De la que destroza.
De la que te convierte en lo que realmente no eres.

Tristeza.
De la que duele.
De la que es por dentro y no hace ruido.
Pero se siente.

Tristeza.
De la que sonríes sólo por fingir.
De la que te piensas que realmente nunca podrás salir.

Tristeza.
Pero se sale.
Cueste más,
cueste menos.
Duela más,
duela menos.
Se sale.
Y ya esta.
Y que ocurra lo que tenga que ocurrir.
De peores cosas se sale.
De peores personas, también.

"Dejé que el odio inundará cada parte de mí misma, mientras las gotas de lluvia ya no significaban nada, ya solo corrían por mi rostro.
No me volví débil después de todo, al contrario, me convertí en un perro rabioso en busca de algo de carne, en busca de esas personas que no les importa nada más que ellos".

miércoles, 8 de mayo de 2019

Y piensas que es diferente.

No, el no cambiará el ir de fiesta por quedarse en casa contigo.
No, él no te dará el beso de buenos días porque tendrá mejores cosas que hacer.
No, el tampoco será la diferencia a los demás.
Él será otro más.
Será como todos los que han pasado por tu vida.
Será igual o peor al anterior.
Quizá sea incluso peor.
Y tú cómo una tonta piensas que no.
Que él no será así.
Y te darás la hostia de tu vida.
Porque él amor ya no existe.
Porque ya nadie da nada por nadie.
Porque él amor existía antes.
Cuando todo importaba más.
Cuando todo valía más.
Cuando la gente sentía de verdad.
Cuando las cosas tenían significado.
Cuando las cosas se hacían sin esperar nada.
Porque se hacían por amor.
Se hacían de verdad.
Porque ya nada merece la pena.
Porque ya nada vale nada.
Porque ya no quieres sentir nada.
Porque sentir duele.
Porque sentir destroza.
Porque ya nadie está dispuesto a nada que sea de verdad.
Porque ya no importan los sentimientos de las otras personas.
Porque ya no importa si una persona está triste.
Porque ya nada.
Porque el mundo gira y le importa una mierda si tú ya no tienes fuerzas.

Ya no importa.

No. No importa, ya no.
Porque ya da igual.
Porque ya está de más.
Porque ya no me dueles aunque lo intentes.
Porque ya no me importas.
Porque ya no me hieres.
Porque ya no es importante.
Porque ya, cariño, no doy nada por ti.
Porque ahora siento indiferencia.
Porque ahora siento pena.
Porque ya he empezado a sonreír de nuevo.
Porque ya no aportas.
Porque ya no significas lo mismo.
Porque ya no es suficiente lo que antes pensaba que sí.
Porque ya no.
Porque ya no tú.
Porque ya no yo.
Porque ya no soy esa.
Porque me perdiste.
Porque me hiciste quererte.
Porque me mentiste.
Porque jugaste.
Porque yo nunca jugué contigo.
Porque no te merecías tenerme.
Porque te importó una mierda hacerle daño a quien hiciese falta.
Porque te pasaste de listo.
Porque creías que seguiría ahí y me fui.
Porque dabas por sentado que yo seguiría ahí.
Porque ya nada es suficiente.
Porque ya hay otros besos.
Porque ya hay otros abrazos.
Porque ya hay otras ilusiones.
Porque tú ya no, nunca.
Porque él sí.
Porque él todo.
Porque él, sí dice algo lo hace.
Porque él si siente algo, lo demuestra.
Porque con él todo son sonrisas, joder.
Porque contigo ya no, pero con él sí.
Porque no fuiste lo que dijiste.
Porque él es lo que demuestra.
Porque tú te ibas con tus mentiras.
Porque él llegó con sus verdades.
Porque él es verdad, y tú... Tú solo eres lo que quieres que los demás piensen que eres.
Y él es verdad y desde que llegó a mi vida yo soy risa.
Y lo soy todo, todo pero solo gracias a personas que no cortan las alas.
Porque tú quisiste cortar las mías.
Y él, él solo quiere volar a mi lado.

Me dueles.

Él y sus me dueles.
Yo viéndole sonreír.
Él y sus te quiero.
Yo viéndole mentir.
Él diciéndome lo injusta que soy.
Yo quintándome la venda de los ojos.
Él y sus quiero mi vida contigo.
Yo viendo como ya tiene una vida con otra persona.
Él y sus le hago daño.
Yo viéndole reír sin que se de cuenta.
Él y sus daría mi vida por ti.
Yo que ya no doy la vida por nadie.
Él y sus me encanta verte.
Yo que ya no quiero ni encontrármelo.
Él y sus te echo de menos.
Yo y mi sonrisa al no tenerle al lado.
Él y sus me estás olvidando.
Yo y mis hace mucho que lo hice.
Él llorando.
Yo riendo.
Él conformándose.
Yo viviendo.
Él y sus lo siento.
Yo y mis ya me importa una mierda.

domingo, 17 de marzo de 2019

Porque al fin y al cabo, eres una jodida guerrera.

A veces,
lo que uno más se merece es algo tan simple
como entrar en la ducha,
dejar el agua caer,
y tú debajo, calándote.
El agua cae sobre ti.
Y te permites a ti mismo llorar.
Así parece que duele menos.
Creo que tiene algo que ver con imaginar las lágrimas
yéndose por el desagüe.

No te ve nadie.
No tienes que hacer como si no pasara nada.
No tienes que fingir que no te duele.
No tienes que demostrarle absolutamente nada a nadie.

Lloras por él, por ti, por ese mensaje que no llegará nunca más.
Toca volver a aprender a vivir la vida sola.
Por ti misma.
Toca aprender a vivir sin esperar un mensaje de buenas noches,
ni mucho menos uno de buenos días.

A veces lo acepto.
Y me digo a mí misma que soy demasiado fuerte por aceptar que se ha acabado.
Pero después, me muestro cobarde,
aceptando que soy demasiado débil para dejarte ir.
Supongo que no se puede ser fuerte todo el tiempo.
Cada instante,
casa segundo,
cada minuto,
cada hora,
cada tarde,
cada día,
cada noche,
cada, cada, cada...
no se puede.
No somos de acero, joder.

A los que parece que no nos duele nada...
también nos duele.
Y quizá más de lo que la mayoría piensa.

"Hice tantas cosas por amor, que olvidé que yo también las merecía".

El agua sigue cayendo encima de ti.
Y al final terminas sonriendo.
Sonríes porque descubres que quien no está,
es porque de cierto modo no quiso.
Y tú no tienes la culpa.
Tú sigues peleando.
Sigues con la batalla de tu vida.
Y al final...
Vences.
Como siempre.
Porque al fin y al cabo,
eres una jodida guerrera,
y cariño, esas, a veces...
también lloran.


jueves, 7 de marzo de 2019

Si el dolor llega, también lo hará la felicidad.

A veces, no siempre...
A lo largo de nuestra vida nos hacemos demasiadas preguntas.

¿Qué pasó?
¿Por qué nos fue así?
¿Era necesario que doliera tanto?
¿Qué es peor, fracasar o no intentarlo nunca?
¿Por qué haces tantas cosas que no quieres hacer?
¿Por qué haces tan pocas cosas de las que te gustan?
¿Por qué le dijiste que no?
¿Por qué le dijiste que sí?
¿Por qué no le contestaste?
¿Por qué le escribiste?
¿Qué estoy haciendo con mi vida?

Preguntas, preguntas y más preguntas...

¿Y si he llegado tarde a su vida?

Una vez leí algo que a veces me ayuda,
decía así:
Si el dolor llega
también lo hará la felicidad.

Y es por eso que cuando me siento perdida
no me compadezco de mí misma.

De llorar aprendí a apreciar la lluvia.
De hecho es mi clima favorito en el mundo.
Cuando llueve, sonrío.
Cuando llueve soy libre y me da por reír.
Porque llorar, ya no lloro, ya lo hace la lluvia por mí.
Y os juro que no he visto nada tan bonito como las malditas gotas cayendo.
El día nublado.
El cielo lleno de nubes.
Rayos y truenos sonando.
Y tú y yo, besándonos.
Ojalá llueva siempre.

Que el mundo rabie, que truene, que se desmorone por completo...
                                 "Que se mueran de envidia, aunque muertos ya estén".


martes, 15 de enero de 2019

Ojalá luches por mí.

Darlo todo por alguien.
Sentir verdadera tristeza al comprender que no puede ser.
No, no puede ser.
Lo nuestro.
No.
Puede.
Ser.

Y llorar.
Y sentir que una vez más la vida te recuerda que para ti no hay nada.
Y vuelves a llorar.
Y vuelves a sentirte inútil una vez más.
Inútil por volver a enamorarte.
Inútil por volver a destrozarte a ti misma torturándote con tu propia mente.
Inútil por sentir que llegaste tarde a su vida.
Inútil por pensar que aunque habías llegado tarde merecía la pena.
Inútil por descubrir que no, que al menos para esa persona no valía la pena arriesgarlo todo.
Inútil por no ser suficiente.
Inútil por una vez más dejar que destruyan la coraza que llevo.

Llega. Te hace quererle. La coraza se rompe.
Sois felices. Y de repente un jarro de agua fría.
Vuelves a la realidad. Y te das cuenta de que realmente nadie está dispuesto a luchar por ti como tú por él.

Y de nuevo lloras.
La tristeza no desaparece.
Sabes que duele y dolerá siempre.
Sabes que cruzarte con el en la calle dolerá.
Sabes que no verle dolerá.
Sabes que no hablar con él dolerá.
Sabes que si te olvida dolerá.
Y si no lo hace también dolerá.
Porque eso significaría que aún sintiendo amor, no hizo nada para que todo no se fuera a la mierda.

Vuelves a llorar, vuelves a sentir esa angustia inmensa.
Sientes que todo se desmorona.
Todo está en contra.
Pero aún así, seguías luchando.
Sin darte cuenta de que esa persona ya no lucha.

Ojalá hubieras luchado por mí como yo te prometí hacerlo por ti.

Aquí llueve, llueve mucho.
Llover era nuestro código secreto.
Eso significaba te quiero.
Y por mucho que ahora duela sigue lloviendo.
Y lloverá siempre.
Porque si he aprendido algo es que llover es más que querer.
Y querer te quiero, pero más aún llueve. Y llueve muchísimo.